domingo, 4 de abril de 2010

El encendón analógico



Esta semana, por fin, di el brazo a torcer y por fin instalé en mi tele un sintonizador de TdT (o más bien, yo sostenía la caja de porexpán mientras mi padre enchufaba el aparatito). Más tarde, mientras me acostumbraba a ver una pantalla pixelada con un mensaje de NO HAY SEÑAL encima, se me ocurrió que no podía ser la única con la sensación de que habíamos cometido un terrible, terrible error.

Y en efecto, no lo era. Escarbando un poco por el mundillo, el siempre dispuesto equipo de 藝術戀童癖 descubrió que no era sólo cosa nuestra, y que de hecho está creciendo entre los artistas una tendencia a darle esquinazo (educadamente) a los medios digitales en favor de sus octogenarios parientes analógicos.

He aquí los resultados de nuestras pesquisas:

  1. La fotografía analógica está que rompe. Y la verdad, juzgándolo fríamente, no nos extraña. Las fotos digitales tienen la ventaja de que puedes ponerla en automático y sacar muchas en un espacio muy breve de tiempo, eliminar in-situ las que no te gusten, y que no suponga un mayor costo económico. Sin embargo, en este proceso automatizado se pierde la magia de la técnica, de los pequeños y afortunados accidentes que hacen que cada foto sea única.

    Como muestra de esta tendencia tenemos el auge de la lomografía. Pensadas originalmente como cámaras asequibles y sencillas, la particularidad de las Lomo les ha ganado un gran número de adeptos que ha encontrado en ellas una nueva filosofía de vida. Como los lomógrafos declararon en la última feria Fotokine de Colonia, "El futuro es analógico".
  2. Otro de los que vuelven es el formato de película en 16mm. Cada vez son más los artistas que se decantan por este sistema en favor de los medios digitales. La demanda es tan grande que los museos están modernizando su equipamiento e instalaciones adquiriendo proyectores de 16mm.

    Admitámoslo: desde un punto de vista práctico, los medios analógicos o se ven o no se ven. Pero no se ven a medias, ni necesitan codecs, ni te infestan el equipo de troyanos (¿por qué se llaman troyanos si los que iban dentro del caballo eran los griegos?), ni son incompatibles con tu sistema operativo.
  3. En términos más amplios, esta Renaissance de lo artesanal, del "¡Háztelo tu mismo!" no se limita sólo al campo artístico más restringido. El tuning de automóviles o las prendas de ropa (como zapatillas de deporte) diseñadas expresamente para que tú puedas pintarlas y parchearlas por encima son muestras de esta nueva tendencia en la que lo importante no es sólo lo impecable que sea, sino la exclusividad, la experiencia en sí misma, el valor de lo original como algo único e irrepetible.

Dicho esto, ahora vamos a volver a casa, abrazar a nuestros viejos VHS y decirles lo mucho que los amamos.

Atentamente, 藝術戀童癖

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